Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un tapiz https://reganajln252056.rimmablog.com/37390661/razones-ocultas-del-cabezazo-de-zidane